Es increíble como la idea o el concepto que vos tengas de tu hijo en tu cabeza condicionará tu manera de sentir, tus palabras y tu conducta hacia él. Esto funciona tanto para los aspectos positivos como para los negativos.
Para lograr cambios en tu hijo empezá modificando tus ideas, tus propias creencias con respecto a su persona. Por ejemplo, si querés que sea responsable (y todavía no lo es) empezá a tratarlo como si ya lo fuese, como si ya hubiese alcanzado aquéllo que deseas, dale responsabilidades, tareas importantes a cumplir… y después contame los cambios que observas.
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