No son chicos ni tampoco adolescentes... están en la transición de la transición. ¿A qué nos referimos con este doblete? No pertenecen totalmente al grupo infantil pero tampoco están inmersos en la transición a la adultez que implica ser adolescente. Años atrás se los consideraba niños; con el adelantamiento de la pubertad que se viene observando, muchos chicos, de muchos países, empiezan a desarrollarse y a mostrar signos propios de la etapa siguiente a esta edad. Chicos entre los grandes y grandes entre los chicos.
Para muchos empiezan los cambios puberales y a pesar de que para otros no, actúan y adoptan modismos, actitudes y gustos más típicamente adolescente. No nos engañemos, siguen siendo niños y piensan como niños. Incursionan en la música adolescente, reciben su primer celular, ensayan peinados y maquillaje pero no vacilan en jugar con sus muñecos favoritos y sus peluches en sus momentos de soledad.
Se observa una creciente importancia al grupo de pares que pasa a tener un lugar privilegiado en sus vidas.
Para los padres aparecen desafíos nuevos; no entienden que su otrora cachorrito ahora no acuda como antes a ellos, sienten que esa relación tan única se rompió... comienza la etapa de despegue de los padres que muchas veces duele mucho y se comprende poco. ¡No desesperar! después vuelven, esto es parte del proceso normal del período que continúa en los primeros momentos de la adolescencia. ¡Tranquilos, si esto sucede, significa que han hecho bien su trabajo!
¿Sabías que...?
El desarrollo puberal temprano produce distintas reacciones en chicas y chicos?. Los varones tienen una autoestima más elevada y ganan mucho en seguridad. Con más fuerza física que el resto, son mejores en deportes y tienen éxito con las chicas. Las chicas, en cambio, la pasan mal: se sienten distintas y difícilmente encuentren amigas con quien compartir la experiencia.