Hay chicos (¡y grandes también!) que tienen dificultades para reconocer sus propios errores y atribuyen la culpa de sus dificultades al entorno, sea ello otras personas o situaciones.
Así, abundan comentarios del tipo "me hiciste gol porque tiraste muy fuerte" en vez de "no ataje porque no miré bien la pelota", "la cuenta era muy larga por eso me equivoqué" en vez de "me están costando estas cuentas", "yo no tiré el agua, fue ella que puso el vaso cerca" en vez de "se me volcó el agua porque no vi que estaba tan cerca" y así siguiendo con el famoso "yo no fui..."
Poner la culpa afuera deja a la persona sin posibilidades de modificar y aprender de aquéllo que salió mal, de la equivocación.
Es una tendencia muy humana de autodefensa pero que no contribuye ni al aprendizaje ni a la mejora de la conducta.
Estemos atentos y trabajemos con paciencia y dulzura sobre este tema con los chicos. No lo dejemos pasar porque nos ofusca.
La explicación tranquila y cariñosa educa más y mejor que el "¡¡no mientas!! ¡¡fuiste vos!!" dicho con crudeza y enojo.
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