Los chicos desordenados, que cometen errores zonzos, que son impulsivos y no leen las consignas, tercos, que pierden todo... Seguramente no te es ajeno el tema, estás cansada de ver mochilas catastróficas, cartucheras vacías, de que pierda todo.
Lees una y otra vez los carteles de la maestra "es inteligente pero debe aplicarse más"; "incompleto"; "lee con atención para no saltearte temas". Éstos y comentarios por el estilo abundan en la vida escolar de tu hijo.
La conclusión habitual de los padres con chicos de estas características es que todos estos rasgos pertenecen a su modo de ser, a su carácter y reniegan y reniegan durante años por estas características.
Muchos de ellos son chicos sumamente inteligentes; estos rasgos nada tienen que ver con la capacidad intelectual aunque en muchas casos la desluce, no le rinde.
Gracias a los avances en las neurociencias y el desarrollo infantil, hoy sabemos que todos estos rasgos no pertenecen al carácter de un chico sino a un conjunto de destrezas mentales que se llaman Funciones Ejecutivas. En muchos chicos estas destrezas -cuya madurez depende de la corteza prefrontal y de las conexiones que establece con otras partes del cerebro- está demorada y es la responsable de las conductas que mencionamos.
Estas destrezas son las responsables de una buena capacidad para organizarse (tanto cartucheras como ideas para armar una composición) para planificar, para manejar el tiempo (y no dejar todo para el último minuto) para manejar las emociones y que no desborden, para controlar los impulsos y no irse a las manos con los compañeros, para no interrumpir conversaciones, deambular por la clase, saltearse consignas, cometer errores zonzos en Matemática y Lengua u olvidarse de lo que acaba de estudiar recién. Todas estas conductas caen sobre la influencia de las Funciones Ejecutivas.
La buena noticia es que podés hacer mucho desde casa. Si el tema te interesa visita la serie Funciones Ejecutivas de las guías. Allí encontrarás estrategias sencillas para implementar en casa y ayudarlo a sobrellevar las distintas dificultades que tiene tu hijo.
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