Hay chicos a los que les cuesta aceptar los cambios de planes, los cambios en las reglas de juego, los cambios en las comidas. Pasar de una actividad a otra o de una manera diferente de ver las cosas puede resultar un mundo -y un berrinche- para ellos. Cambiar el punto de vista y ponerse en el lugar del otro, un enorme desafío!
El "modo" vacaciones, sin horarios ni estructura, les resulta complicado.
Estos chicos suelen presentar demoras en la adquisición de una destreza mental llamada flexibilidad.
Necesitan que se les anticipen los cambios y se les de tiempo para adaptarse. Que se los comprenda que no son ni manijeros ni quisquillosos, simplemente vienen demorados en relación a la flexibilidad.
Anticipá, contené, explicá, tratá de mantener un orden cotidiano en relación a horarios y sobretodo armate de más paciencia que lo habitual.
Es una cuestión madurativa que se soluciona, en la mayoría de los casos, con el correr del tiempo.
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