¡Qué difícil resulta a veces con los chicos balancear el tiempo entre juego y tecnología (Ipads, celu, TV, play)!
Probá acordando tiempos con tu hijo: que disponga de un reloj (con alarma) o simplemente un reloj de cocina que marque el tiempo permitido. Cuando el tiempo se agota, termina el tiempo frente a la pantalla. De esta manera la responsabilidad de regular la exposición recae sobre el chico y no sobre vos. ¡Te aseguro que puede ahorrarte más de una pelea!
El juego es fundamental en el desarrollo: ayuda a ponerse en el lugar del otro, estimula la creatividad, desarrolla la capacidad de organización y planeamiento, colabora con el control de los impulsos y desarrolla el diálogo interior.
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