Algunas sugerencias más:
Los que tienen dificultades en la organización de cuadernos, carpetas y cartucheras con hojas sueltas y borratintas encontrados en la lanchera: proveer distintos métodos organizativos y continuar con el apoyo hasta que la organización se haga hábito. Carpetas con separadores, listas pegadas en la cartuchera con el listado de útiles sirven de control. Muchas veces estos chicos tienen también.
Desorganización de las ideas. Los mapas mentales ayudan mucho (fijarse en la web, hay muchos) a ordenar escritos, exposiciones, ideas.
Recordar que el desorden que observamos obedece a un proceso madurativo de sus funciones ejecutivas. Los motes y retos no colaboran en el proceso sino que dañan la autoestima. Ayudan la paciencia, la enseñanza y el no rendirse hasta encontrar un método que sirva.
El problema es que muchas veces lo mismo que padecen los chicos lo tienen sus padres. Los adultos que procastinan, desordenados, que no manejan bien el tiempo y que no controlan adecuadamente los impulsos tienen déficits en sus propias funciones. ¡Qué difícil transmitir lo que no se tiene!
Reconocer las propias dificultades -el primer paso- y delegar la enseñanza en el otro adulto de la pareja que no tiene la dificultad.
Recordar que una cosa es ser aplicado (para lo cual se necesitan Funciones Ejecutivas bien aceitadas) y otra ser inteligente (ser capaz de resolver problemas). ¡Nunca confundir una cosa con la otra!
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